viernes, 29 de abril de 2011

GAVIOTO.

Foto: Banco Imágenes Gratuitas.




Por cada letra que arrancaba al alma,
la luna, fiel testigo y confidente
con ternura me guiñaba.
Entretanto, mil suspiros escapaban
te dibujaba con mí vorágine y refrescaba
con el torrente de savia cristalina
que producen mis entrañas,
manantial de efímeros lamentos.
Me sedujo tu desconcierto
como ave fénix, resurgida
cuatrocientos veinticuatro días
posteriores
al solsticio de un invierno
por demás introvertido.
Advirtiendo la tersura
de tus alas,
penetré en la magia
de tus graves y tus agudos
visité los recovecos de tus sentimientos
profundicé, en el titilar de tu mirada
sugestivo brillo de lucero.
Llegada la primavera
en el tránsito de mi edad madura,
puse a tu vera
el benjamín de mí cosecha.
Por las madrugadas
hurgaba en tus sueños
ávida de efervescencia
y en el renacer del albor,
a pesar de tu parquedad
mis anhelos sorprendías
con el embrujo y
singularidad de tus detalles…


(Abril 1994)

Anaconstela
Copyright © DR