lunes, 24 de agosto de 2009

SABERLO QUISIERA.


Mi andar de gacela,
convirtiose en pasos lentos
por lóbregos senderos
antaño bordados de luz.
Luna, sol, mar y estrellas,
me preguntan qué ha sido de ti,
no he podido contestarles.
¡Saberlo quisiera!
Mi alma trémula, aún,
intenta desafiar tan
intrincado sigilo.

Anaconstela.
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lunes, 17 de agosto de 2009

LETARGO.



Pernocto en la cima
del verde mar de tus pupilas y
en el parpadeo inquieto de tu
vistazo,
deslizo hasta involucrarme
en la profundidad
de tus más íntimos anhelos.
Me enredo en tus pestañas y
al llegar el alba, abandono tu mirada
para posarme en tu piel dorada,
recinto sagrado donde absorbo néctares
para calmar mis sedientos labios.
La fortaleza de tus brazos
y la ternura de tu alma,
libido, donde suavemente escalo
inquiriendo la ambrosía oferente de tu boca.
Saciados mis deseos, en letargo caigo
aguardando el ocaso
para volver a pernoctar, en la cima
del verde mar de tus pupilas.
(2004)


Anaconstela.
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sábado, 8 de agosto de 2009

BALANZA.



Permite a mis ojos penetrar tu mirada
para poder deshojar la ternura que advierten.
Permite a mí corazón la breva de
sentir el latir del tuyo para saberlo
mío, no ajeno, ni compartido.
Permite a tus manos, se extiendan hasta
alcanzar las mías en la distancia.
No prohíbas a tus labios el beso de ocarina
que ofrece al contacto con los míos,
ni reprimas suspiros por aciagos
equívocos.
Si transiges a mis preces
comprenderás entonces qué,
la cosecha ha sido favorable y beberemos
el néctar de la vid y cantaremos ¡Aleluya!
porque a la balanza, equilibró, la
Justicia Divina.
(2006)
Anaconstela.
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sábado, 1 de agosto de 2009

CONTINUIDAD.



A medida que el tiempo transcurría
se pronunciaban mis interrogantes
inmersa en el esmeril que rayaba
mis dudas,
mas no al diamante que extravié
sin entender el por qué,
simplemente así, sin un adiós se fue.
Cuentan que lo vieron en la
quema de ‘ninots’ en las
Fallas de San José.
Aseguran que buceaba en los poemas
de Huidobro.
Visité una y otra vez
los sitios por donde imaginé, transitaba,
sin acertar con su paradero.
Avanzada una madrugada,
me topé con la punta del iceberg
en una vereda…
‘Estación de Acacias’
desde ese entonces suelo frecuentarlo
admirando como antaño,
su talento, su sencillez, su humildad y cuantas
más virtudes posee, con el mismo afecto y respeto
que guardo a tan especial personaje
de lo humano y de las letras.


Anaconstela.
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