Foto: José Luis Ávila Herrera.
En silencio borda sus sueños
con hilos de
plata, oro y seda.
Abriga quimeras y albricias
dibuja divinos
rostros y monstruos,
desliza por las aguas del Niágara y
escala el
Kilimanjaro.
Recuerda los ecos de la tarde en que
escuchó la
voz pausada del septuagenario
indolente
evocando el faldón que delineaba
la figura
del vientre que lo gestó.
Presumiendo su
profesión, sin
ejercerla.
'Erudito' en
doctrina del temperamento,
admirador
del CI de su vástago.
¡Qué
interesante! Sí, pero sólo para él.
Un
personaje digno de colocar en
un 'pergamino', enclaustrar en un marco
y arrojar
al desván.
Continúa abrigando quimeras
pintando
tormentas y arco iris
veredas y
riachuelos…
La pretensión
de un compañero para
compartir
historias, autores y alcoba.
Los hijos
crecieron y volaron a formar
su propio
nido.
La senectud
es como flores de almendro en
primavera y preposiciones...
'DE' y 'PARA.
La
verborragia nefasta se sumerge en
las aguas
negras.
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