sábado, 7 de enero de 2012

EPITAFIO...

Foto: José Luis Ávila Herrera


¡Señor! Te ofrezco las espinas de mí rosal.
Los botones abrieron a destiempo
a las rosas las arrasó el dolor,
los pétalos quedaron a la deriva
cobijados de tristeza.
¡Señor! En mí ocaso vengo a
comprender que muchos de los amigos
son sólo de ocasión
los verdaderos, descendieron en
la estación señalada.
¡Señor! Ten piedad, retira el veneno,
convierte la hiel, arranca la pena,
transforma las aguas turbias en cristalinas,
que los legionarios de Cristo o de María,
cesen su hipocresía.
¡Señor! Llegado el momento, que mi bagaje torne
ligero, te ruego con el corazón abierto…
Separes las rocas de mí espalda y concedas que
la simiente de nuevas generaciones
germine en tierra fértil.
¡Señor! No más irreverencias.
A tus pies poso página en blanco,
para que plasmes epitafio…

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