domingo, 6 de septiembre de 2009

SINTAXIS.


Mis labios encuentran la calma
en el embrujo de tus besos.
Mi piel sacia su deseo en el
remanso de tu fragancia.
Mi voz arroja desvaríos.
De tus ojos asoma en
sangre la letra,
sintaxis vehemente.
Mis máximas,
surgidas de nuestra cadencia,
frases célebres para la posteridad.
Los 'te quiero' y los 'te amo'
vibran insensatos en el
diario de mí ocaso.
Te necesito en cada
carcajada que vomitan
las manecillas del reloj.
Al despuntar el alba.
En cada puesta de sol.
En el resurgir del arco iris.
En la penumbra de mí soledad...
Tus brazos, dogal de mis fracasos
acunan esperanzas.
Y en el arrabal de mis sinsabores,
basta una mirada tuya
para convertirlo
en crisol de mí resurrección.


Anaconstela.
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