sábado, 8 de agosto de 2009

BALANZA.



Permite a mis ojos penetrar tu mirada
para poder deshojar la ternura que advierten.
Permite a mí corazón la breva de
sentir el latir del tuyo para saberlo
mío, no ajeno, ni compartido.
Permite a tus manos, se extiendan hasta
alcanzar las mías en la distancia.
No prohíbas a tus labios el beso de ocarina
que ofrece al contacto con los míos,
ni reprimas suspiros por aciagos
equívocos.
Si transiges a mis preces
comprenderás entonces qué,
la cosecha ha sido favorable y beberemos
el néctar de la vid y cantaremos ¡Aleluya!
porque a la balanza, equilibró, la
Justicia Divina.
(2006)
Anaconstela.
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